Diario de Cádiz, en su edición del pasado domingo, publicó una extensa noticia, aprovechando la campaña electoral, sobre el futuro del Tranvía Metropolitano de la Bahía de Cádiz. En el reportaje, aparecieron unas declaraciones de la alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada, en las que afirma que sigue apoyando el tranvía aunque, eso sí, mostró su malestar por el enorme retraso que registra el proyecto, una obra que empezó en agosto de 2008 y que aún sigue sin inaugurarse.
Estas declaraciones demuestran que algunos políticos, demasiados para nuestro gusto, siguen fuera de la realidad. Es ¿increíble? que, después de más de diez años de espera, la actual alcaldesa de la Isla de León siga pensando que este proyecto, que fue una iniciativa de su partido cuando dirigía la Junta de Andalucía, es necesario para el futuro de San Fernando. El proyecto del tranvía, así lo comentamos el año pasado, es un claro ejemplo de despilfarro de dinero público en cantidades industriales. El tranvía es un capricho que no sabemos muy bien a quién beneficia, ya que la Bahía de Cádiz cuenta en estos momentos con un eficiente servicio de autobuses interurbanos y trenes de Cercanías que permiten a cualquier ciudadano moverse sin problemas. Tampoco sabemos si es rentable económicamente, un tema que la alcaldesa isleña podría explicarnos a la mayor brevedad.
Ya sabemos que estar en política es una tarea ardua. Es difícil contradecir al partido en el que uno milita. Fuera del mismo hace demasiado frío y eso es, evidentemente, poco agradable. En este sentido, Patricia Cavada ha sido fiel al guión. Defiende, como no cabía esperar otra cosa, el proyecto aunque lanza esa leve crítica por los retrasos pero, al final, está con el aparato del partido al cual se honra en pertenecer.
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