La campaña electoral para las elecciones municipales del próximo domingo 26 de mayo está generando una inesperada cadena de noticias que, de otro modo, no podríamos comentar. En los últimos días venimos haciéndonos eco de noticias sobre el famoso Tranvía Metropolitano de la Bahía de Cádiz, ya que es un proyecto que afecta a tres municipios de la Bahía de Cádiz y del que algo tendrán que decir las futuras corporaciones locales. Hoy, en cambio, vamos a comentar una peculiar noticia que tuvo lugar ayer en la localidad cántabra de Bárcena de Pie de Concha y que provocó que el foco de atención de la campaña electoral se desviara hasta esta población del Valle de Iguña.
Extracto del Diario Montañés del 21 de mayo de 2019 |
El Alvia Santander-Madrid de las 19 horas de ayer llevaba a un viajero especial. Nada más y nada menos que el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla. No iba solo en su viaje a la capital de Reino. El motivo de su desplazamiento era asistir a la toma de posesión de José María Mazón, diputado del PRC (Partido Regionalista de Cantabria) y que fue elegido en las pasadas elecciones legislativas de abril. El viaje se vio interrumpido, como decimos en el título, en Bárcena de Pie de Concha por un problema en la catenaria. Esto provocó que la comitiva tuviera tiempo suficiente de bajarse en la estación, hacer declaraciones, que ahora comentaremos, y hacer fotos para la prensa, algo que refleja el Diario Montañés en su publirreportaje de su edición de hoy.
Hasta aquí la noticia. Lo primero que llama la atención, y así lo dice el Diario Montañés, que es un medio que no se caracteriza por su hostilidad al gobierno regional, es que la comitiva del PRC que iba a Madrid estaba compuesta por más de medio centenar de personas, de las cuales 22 iban en el Alvia. Tal y como está la vida, ¿realmente es necesario tal despliegue? ¿Es éste un síntoma de regeneración de la vida política? ¿Es así como se consigue recuperar el prestigio de los representantes elegidos por el pueblo soberano? Este dato y las fotos que acompañan la noticia inducen a pensar que la vida de los políticos es cualquier cosa menos un sufrimiento.
La incidencia de la catenaria permitió a Revilla, que conviene recordar que jamás ha sido el candidato más votado en Cantabria, volver a exigir la mejora de sus infraestructuras férreas. Estamos de acuerdo con su petición, aunque también es verdad que otros territorios de España, véase Almería o Extremadura, están peor que Cantabria en este tema. También sería interesante que el PRC aclarase su ambigua posición con respecto al AVE y su llegada a Cantabria, algo que recordamos ayer y que provocó el asombro del alcalde de Reinosa cuando supo que su partido había votado en contra de la llegada del AVE a la ciudad del Alto Campóo.
Por lo demás, la noticia se complementa con elementos costumbristas y folclóricos, como el contenido del bocadillo que llevaba Revilla en su equipaje o el puro que se dejó olvidado en la estación de Bárcena, que preferimos obviar porque nada aportan a la historia y que contribuyen a definir al personaje que protagonizó la noticia. No es la primera vez que Revilla nos regala episodios de esta naturaleza. Decimos esto porque está muy bien llegar en taxi a La Moncloa y, a renglón seguido, pernoctar en hoteles de lujo. Un presidente regional, como cualquier cargo público, tiene derecho a pasar la noche en el Hotel Miguel Ángel de Madrid si lo desea, pero lo que luego no puede es venir dando la imagen de austeridad que no existe. Pedimos coherencia, algo que el PRC no tiene cuando, por ejemplo, habla del AVE a Reinosa.
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