El reinado de Isabel II (1833-1868) se caracterizó, como logro positivo, por la puesta en marcha de las primeras líneas del ferrocarril en la España peninsular. Así, en el año 1848 inició su andadura el ferrocarril con la puesta en marcha de la línea Barcelona-Mataró. En los años siguientes, se inauguraron otras líneas como la que unía Madrid con Aranjuez (1851) o Valencia con El Grao (1852). Antes de la Revolución Gloriosa de 1868, que supuso la caída de Isabel II, España contaba con casi 5.000 km de líneas férreas. Sin embargo, esta expansión del ferrocarril también tuvo consecuencias negativas, no tanto por la aparición de este nuevo medio de transporte, sino por las irregularidades económicas y políticas ligadas al desarrollo de las nuevas líneas.
El final del reinado de Isabel II estuvo marcado por una grave crisis económica que, según algunos expertos, tiene similitudes con la que empezó en el verano de 2007 y que aún, quizás de manera más leve, seguimos padeciendo. La quiebra de una sociedad crediticia llamada Overend, Gurney and Co el 10 de mayo 1866, similar a la que tuvo lugar con Northern Rock en 2007 o Lehman Brothers en 2008, provocó una ola de pánico que se extendió por Europa como la pólvora.
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Hobblewaithe, M. Sitio de la sede de Overend, Gurney and Co. Fuente: La Ilustración Universal, 19 de mayo de 1866. |
El pánico desatado alcanzó tal nivel que el Banco de Inglaterra, entonces una entidad privada, se vio obligado a prestar ayuda financiera de la misma forma que hoy lo hace, por ejemplo, el BCE. El papel de un Banco central como apafuegos ante crisis de este tipo provocó debates que, sin duda, cambiaron el mundo de las finanzas en el Reino Unido y fuera de él.
Con estos precedentes, en España, al igual que en 2007, existía una "burbuja" aunque en vez de estar ligada a la construcción de viviendas, en 1866 estaba unida la construcción de líneas de ferrocarril. En un estudio publicado por el BCE, se explica cuál era la situación de España en la década de 1860:
At the beginning of the 1860s, Spain experienced a large and relatively quick
inflow of foreign capital followed by a sudden stop in the middle of the decade. In the following
years the Spanish economy was hit by a severe banking and economic crisis with GDP falling by
more than 10% in 1868 and half of the Spanish banks going bankrupt in the years between 1865 and
1870.
La razón de esta crisis, como ya he comentado antes, se debe a la quiebra de Overend, Gurney and Co y que fue seguida de un Viernes Negro que se expandió al resto de los principales países europeos de la época. Más adelante, el informe del BCE comenta que los bancos y entidades financieras que más se vieron afectadas por la crisis fueron aquellas que estaban expuestas a los proyectos ferroviarios:
We find that three out of twelve banks of issue existing before the crisis were liquidated due to it. In
these cases the direct exposure to unprofitable railways projects or the involvement with investment
banks that were bankrupted during the crisis are the main causes of the liquidation. In contrast, a
number of banks of issue experienced an improvement in their balance sheet position during the
crisis.
Unos años del estallido de la crisis, entre 1854 y 1856, un período conocido como el Bienio Progresista, el país fue gobernado por el general Baldomero Espartero. Bajo su mandato, se aprobaron cuatro importantes leyes destinadas a reorganizar el país:
- Ley de Ferrocarriles de 1855.
- Ley de la Desmartización de Pascual Madoz de 1855.
- Ley de Bancos emisores de 1856.
- Finalmente, tenemos la Ley General de Sociedades de Crédito de 1856.
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Número de entidades bancarias abiertas tras la aprobación de la Ley General de Sociedades de Crédito. |
Hasta el 1864, el crecimiento del país fue sostenible, pero la situación empezó a cambiar cuando las previsiones sobre las ganancias en las inversiones ferroviarias fueron más bajas de lo esperado. Un ejemplo de esta situación fue la vivida con la Compañía General de Crédito, una entidad financiera que se fue a la quiebra por los nulos beneficios de las líneas Sevilla-Cádiz y Sevilla-Mérida. Esta entidad tenía más del 85% de sus activos relacionados con las inversiones ferroviarias y no pudo devolver los fondos a sus clientes.
No cabe duda que esta situación fue uno de los detonantes de la caída de Isabel II y de su marcha al exilio a Francia algo que, irónicamente, realizó en ferrocarril. Bien es verdad, que no sería la única persona importante que lo hiciera. Unos años más tarde, el primer presidente de la República Española, Estanislao Figueras, haría lo propio.