El metro ligero de Madrid se ha convertido en una verdadera máquina de perder dinero. De este modo, esta obra pasa a engrosar la lista de despropósitos que han alcanzado fama y notoriedad en los años más duros de la crisis económica. Según informa El Confidencial, las tres líneas que están en funcionamiento desde 2007 han costado 764 millones de euros. Al mismo tiempo, los ingresos sólo han permitido recuperar 13 millones de lo invertido. Por si fuera poco lo anterior, esta infraestructura tiene la sombra de la Operación Púnica por corrupción en las filas del Partido Popular.
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