domingo, 22 de mayo de 2016

De Alcázar de San Juan a Almagro (I)

Esperando el tren histórico de Almagro.
Sábado, 21 de mayo de 2016.
Como bien saben mis lectores, el pasado viernes os anuncié un viaje especial a tierras manchegas. El viaje, organizado por la Asociación Amigos del Ferrocarril de Madrid (AAFM), consistía en acercarse a Almagro a bordo de un tren con vagones de los años ochenta. Se trataba de un viaje apto para nostálgicos. Cuando vi el anuncio de la AAFM no me lo pensé dos veces y preparé el viaje de forma inmediata. Llevaba tiempo deseando ir en ese tren, el mismo que, cada otoño, se acerca a Alcázar de San Juan y que se llama "Tren de las Gachas".

El tren partía de Madrid pero dos acontecimientos lúdicos, el concierto de Bruce Springsteen y la final de Copa del Rey, hicieron que los precios de los alojamientos se dispararan. Por tal razón, pensé que sería una buena opción quedarse en Alcázar de San Juan. Mientras que en Madrid me pedían 300 euros por noche, en Alcázar encontré un hotel por 60. Además, mi segunda visita a Alcázar me permitió, una vez más, ver a un viejo amigo que, precisamente, trabaja en la estación y con el cual estuve departiendo el viernes sobre muchas cosas, especialmente sobre la autoría de El Quijote.

A las 10 de la mañana ya estaba en la estación de Alcázar de San Juan. En la AAFM me dijeron que estuviera con tiempo, ya que el horario podía variar en función de la velocidad permitida al convoy. Llegué a la estación y quise informarme sobre la llegada del tren. En las taquillas pregunté la hora y, lo más importante, la vía. La estupefacción de la taquillera fue enorme al ver mi billete. No daba crédito a lo que veía. Me dijo que desconocía la existencia del tren y que, si podía, fuera a Circulación para que me facilitaran la información que pedía. Fui a Circulación y llamé a la puerta. Un hombre, visiblemente molesto, me dijo que estaba terminantemente prohibido llamar y que la información tenía que ser facilitada en taquilla. Para poner la guinda, cerró la puerta en mis narices. Al ir cumpliendo años he aprendido que no merece la pena discutir. Hubiera sido una ocasión perfecta para ello pero dije que no iba a malgastar un minuto de mi tiempo en algo absurdo. El tren de la AAFM iba a llegar y, entonces, a ver qué diría este hombre. Al cabo de diez minutos, este mismo hombre vino con otro talante y me dijo la vía, la número 2. Seguidamente, otro trabajador de la estación, creo que el jefe de estación, me informó amablemente y me dijo lo mismo. Al final, el anécdota quedó en eso, en un anécdota.


Estación de Cinco Casas. El tren no paró pero ralentizó su marcha.
Sábado, 21 de mayo de 2016. Foto: Jorge.
El tren se puso en marcha hacia Almagro por la línea de Andalucía hasta Manzanares, otra estación en la que tuvo parada. Allí se desviaría en dirección a Ciudad Real. Mi viaje duró, aproximadamente, una hora y media. Entre Manzanares y Almagro pasamos por la estación de Daimiel, aunque sin parada.


Estación de Daimiel. Sábado 21 de mayo de 2016.
Foto: Jorge.
A las 12:15 ya habíamos llegado a Almagro y nos disponíamos a visitar esta hermosa localidad manchega, conocida por su artesanía, su corral de comedias y, por supuesto, por su gastronomía.

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