De Madrid a Burgos existen dos líneas de ferrocarril. La primera es la radial Madrid-Hendaya. La segunda es una línea directa, inaugurada en la década de los sesenta del siglo pasado, que pasa por Aranda de Duero y que permitía a los trenes ahorrar tiempo en el trayecto. Hoy me he enterado de que esta segunda línea lleva cerrada desde 2011 a causa de un desprendimiento en el túnel de Somosierra que dejó, incluso, a una máquina bateadora sepultada. Con el paso del tiempo, Adif y Renfe decidieron dejar morir a esta línea hasta que, definitivamente, se echó el cerrojo. Existen colectivos que demuestran que el cierre de esta línea provoca que los trenes convencionales, en su recorrido a Madrid por la línea de Hendaya por Valladolid, recorren más distancia y, lógicamente, emplean más tiempo en sus viajes. Estos argumentos, sin embargo, no han sido tenidos en cuenta.
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