No es una sorpresa encontrar, en la obra de Ernest Hemingway, textos que describen viajes en tren. Casi al final de su novela Fiesta, el protagonista describe su viaje a Madrid en el Sur-Exprés:
No dormí gran cosa en el Sur-Exprés. Por la mañana desayuné en el vagón restaurante y contemplé el paisaje escarpado y los pinares entre Ávila y El Escorial por la ventanilla, gris, alargado, frío al sol, y me importó un comino. Vi la llegada a Madrid por el llano, un perfil compacto y recortado sobre el cielo, en lo alto de un pequeño talud, a lo lejos, sobre el terreno endurecido por el sol. La estación del Norte, en Madrid, es el final de trayecto. Todos los trenes terminan en ella su recorrido.Fuente: Ernest Hemingway. Fiesta. Edición del Diario de Navarra. Página 260.
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