lunes, 11 de marzo de 2019

La desaparición de los trenes del 11-M (III)

Hoy, al igual que en años anteriores, nos seguimos preguntando qué sucedió con los convoyes afectados por las explosiones de los atentados del jueves 11 de marzo de 2004. Aunque parezca increíble, algunos medios de comunicación, no muchos pero algunos hay, siguen publicando cosas interesantes sobre el tema. Al hilo de la investigación del accidente del tren Alvia de Santiago, acaecido en julio de 2013, El Correo Gallego publicó en enero lo siguiente:

Fuente: El Correo Gallego, domingo 13 de enero de 2019.

A diferencia de lo ocurrido en el atentado que segó la vida de casi 200 personas, el tren siniestrado en la curva de Agrandeira fue trasladado a un lugar seguro y se conservó bajo custodia policial por orden de juez Luis Aláez. En la información publicada en enero, El Correo Gallego apunta en la información:
Tras los gravísimos atentados en la capital de España, responsables de los Tedax plantearon la posibilidad de que los trenes en los que se colocaron las mochilas bomba fueran trasladados a las instalaciones de Renfe en Vicálvaro para realizar comprobaciones complementarias. Lo cierto es que la autoridad judicial no lo consideró pertinente y autorizó a Renfe para que se deshiciera de todas las unidades afectadas y solo uno de ellos quedó intacto durante seis meses*.  El desguace se hizo en un tiempo récord y fueron numerosas las críticas, incluso en ambientes judiciales, sobre esa decisión, adoptada ante el convencimiento de que nada nuevo sobre las investigaciones podían aportar los trenes.
*Se alude al tren que explotó en la estación de Santa Eugenia, al cual habría que dedicar un capítulo.

El apunte es, desde luego, muy interesante. Ya vimos en su momento que tal decisión fue una temeridad. Al contrario que lo sucedido en el 11-M, el Alvia accidentado en Santiago estuvo custodiado las 24 horas del día por la Policía Nacional y nadie podía acercarse a los restos del tren. Más tarde, una empresa de seguridad privada se encargó de la vigilancia por la carestía de efectivos de la Policía.

En el comentario de la noticia, un lector de El Correo Gallego afirma que hacerse preguntas sobre el 11-M es producto de oscuras teorías conspirativas. El 11-M, lógicamente, fue una conspiración de tomo y lomo. ¿O es que fue algo espontáneo? Nos dicen esto como si la historia de España hubiese sido siempre transparente, como si nunca hubiésemos visto episodios turbios o cuya explicación no se sostiene. A ver si un día, además de explicarnos por qué se desguazaron los coches del 11-M con tanta celeridad, nos cuenta alguien de dónde salió la historia del terrorista suicida que se inmoló en uno de los trenes que explotaron en Atocha. A día de hoy seguimos sin saber quién o quiénes inventaron esa idea. Si todo está tan claro, ¿por qué nadie nos cuenta qué pasó con la profanación del Geo Torronteras?

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