domingo, 10 de marzo de 2019

Viajando por Portugal: de Cais do Sodré a Belém

El pasado jueves 28 de febrero llegamos a Lisboa para disfrutar, por tercera vez en diez años, de los encantos de la capital lusa. Lisboa es, efectivamente, una ciudad que, además de traernos incontables recuerdos afectivos, es muy interesante por dos motivos. En primer lugar, su rica monumentalidad y, en segundo término, por su patrimonio ferroviario.  

Mapa de las líneas de Cercanías de Lisboa.
Viernes, 1 de marzo de 2019. Fuente: El Guardagujas.
Durante nuestra estancia realizamos dos viajes en tren. El primero de ellos tuvo como destino el barrio lisboeta de Belém, conocido por tres monumentos importantes: el Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belém y el monumento a los descubridores.Nuestra pretensión inicial era ir desde el centro de Lisboa a Belém a pie. Sin embargo, al iniciar nuestra ruta, nos dimos cuenta de que la distancia era considerable y que la vuelta sería agotadora, más teniendo en cuenta que por la tarde seguiríamos con nuestra ruta por la ciudad. Por tal motivo, decidimos coger el tren, procedente de Cais do Sodré y con destino Cascais, en la estación de Santos.

Andenes y trenes de la estación de Cais do Sodré.
Viernes, 1 de marzo de 2019. Fuente: El Guardagujas.
La estación de Cais do Sodré, situada en los terrenos que ocupaban antiguamente los astilleros que construyeron las naves que descubrieron decenas de rutas en los siglos XV y XVI, es un de las cuatro que tiene la ciudad de Lisboa. Está emplazada en la orilla del Tajo y las vías que salen de ella en dirección a Cascais corren paralelas a la ribera del río. Al lado de la estación se encuentra una estación fluvial que permite ir a localidades situadas en ambas orillas. No era la primera vez que hemos estado en esta estación. Ya en 2011, con motivo de nuestra segunda visita a Portugal, estuvimos en ella para ir a Cascais.

Torre de Belém. Viernes, 1 de marzo de 2019.
Fuente: El Guardagujas.
El viaje en tren fue breve. Tenemos que destacar la enorme amabilidad demostrada por el revisor del tren que cogimos para ir a Belém. Nos confundimos a la hora de sacar el billete en Santos. El error consistió en que sacamos una tarjeta, parecida a un bono de viajes y cuyo nombre es Viva Viagem, para una sola persona, pensando que valdría para dos. Al final, nos dijo que nos bajáramos en Belém pero a la vuelta tendríamos que sacar otra tarjeta.

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