martes, 6 de febrero de 2018

El ferrocarril de la muerte de Birmania a Siam (y III)

Extracto de The Times, 19 de septiembre de 1945. Página 5.
Siguiendo con las condiciones de los prisioneros, un brote de cólera mató a 637 prisioneros. Todo lo que pudieron hacer los médicos, que no disponían de mucho material sanitario y que a veces eran maltratados por los japoneses, fue inyectar una solución salina hecha con sal de roca y agua hervida de los arroyos. Peor parados quedaron los nativos que ni siquiera recibieron atención sanitaria. No sólo eso. Los que no estaban capacitados para trabajar eran quemados o enterrados vivos en la jungla. El cólera no fue el único azote: la disentería acabó con la vida de 831 personas; la malaria con 131; finalmente, un mal conocido como Beriberi, cuya principal característica es la falta de vitamina C, mató a  413 personas. También se registraron casos del "pié de trinchera". Los japoneses nunca se mostraron compasivos con los enfermos. Cualquier problema de salud, incluyendo los arriba descritos, eran vistos como episodios de sabotaje. 

De los 7.000 efectivos que fueron a Bampong, 3.100 murieron en Siam. El resto estaba en condiciones lamentables. Hay que insistir en el hecho de que los japoneses, y así se explica todo lo que contó The Times en 1945, consideraban a los prisioneros como individuos sin ningún tipo de derechos que se habían perdido tras la caída de Singapur en 1942.

Fuente: The Times, 18 y 19 de septiembre de 1945. Página 5 en ambos casos.

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