El poeta sevillano Gustavo Adolfo Bécquer describe de esta manera, con motivo de su viaje a Veruela (Zaragoza) en 1864, el nuevo medio de transporte en:
La primera sensación que se experimenta al arrancar un tren es siempre insoportable. Aquel confuso rechinar de ejes, aquel crujir de vidrios estremecidos, aquel fragor de ferretería ambulante, igual, aunque en grado máximo, al que produce un simón desvencijado al rodar por una calle mal empedrada. crispa los nervios, marea y aturde.
Fuente: Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870). Cartas desde mi celda.
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