Cuentan las crónicas que la meteorología del mes de febrero de 1941 fue especialmente virulenta. La mayor parte de España se vio sometida a un temporal de viento como pocos se han conocido en nuestro país. La violencia del viento era tal que fue capaz de arrastrar un tren, procedente de Bilbao y con destino San Sebastián, al cauce del río Urola (Guipúzcoa). El convoy intentó en varias ocasiones cruzar el puente sobre el río pero el viento, al final, logró romper los enganches y varios vagones, algunos de los cuales dieron vueltas de campana, se precipitaron al vacío. El suceso tuvo lugar en las cercanías de Zumaya y el resultado de la tragedia fue de 22 muertos y 130 heridos.
Fuente: ABC de Madrid, 18 de febrero de 1941. Página 5.
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