El pasado martes 14 de enero tuvo lugar la toma de posesión de José Luis Ábalos como ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. En realidad, tendríamos que decir la confirmación en el cargo ya que Ábalos entró en el Gobierno de Sánchez en 2018. Con motivo de este evento, el ministro dio lectura en el ministerio a un discurso, cuyo texto íntegro podéis consultar aqui, y en el que dijo cosas como éstas:
Después de casi algo más de ocho meses trabajando en funciones, hoy tenemos Gobierno. Y tenemos Ministerio: Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana
Permitidme que empiece transmitiendo mi agradecimiento por contar con la confianza del Presidente, y honrado por formar parte de un nuevo gobierno progresista. Un gobierno con una agenda de regeneración reformista y de modernización de España. Una agenda en la que este “Gran Ministerio” – y no me refiero solo al volumen de sus competencias – tiene tanto que decir y, sobre todo, tanto que hacer.
Tras este periodo, a veces agrio, de interinidad ahora toca asumir de nuevo plenamente nuestras funciones. Toca gobernar.
Gobernar con profesionalidad, con rigor y con audacia. No nos vamos a dejar contaminar por la crispación ni tentaciones. Gobernar para todos los españoles desde una actitud de respeto y, aún más, de profundo afecto.
Tenemos la oportunidad de comenzar los años 20 recuperando el tiempo que se ha perdido en la pasada década por la crisis económica, en ocasiones también por la indolencia de los gobiernos conservadores y la inestabilidad política.
Ábalos empieza bien su discurso diciendo que piensa regir los destinos de su departamento con afecto hacia todos los españoles. Eso, sin duda, está muy bien. Sin embargo, más adelante convierte su discurso, que creemos que debería ser institucional, en algo partidista al criticar a los gobiernos anteriores de un partido que no era el suyo. No vamos a polemizar con el señor ministro, pero no debería olvidar Ábalos, que no hace mucho nos dijo que su partido nunca pactaría con separatistas, qué aliados ha buscado el presidente del Gobierno para permanecer en la Moncloa. No todo vale para alcanzar el poder. Nadie discute el derecho de Pedro Sánchez de ser el presidente del Gobierno. El problema es que, como siempre hemos mantenido en este blog, no se puede pactar nada con golpistas o con gente a la que el futuro de los españoles les importa un comino.
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