El AVE llega a Granada: certezas e incertidumbres (II)

Volvemos a repetir que la llegada del AVE a Granada es una sensacional noticia. La Alta Velocidad, cuya red empezó a tejerse en España hace casi treinta años, era una necesidad imperiosa para actualizar el vetusto sistema de ferrocarril de nuestro país. Otro problema es, y así lo dijimos hace unos días, relegar el tren convencional hasta el punto de marginarlo. 

Dos apuntes curiosos sobre la inauguración de este tramo merecen nuestro comentario. En primer lugar, no deja de ser llamativo el hecho de que una parte del recorrido entre Antequera y Granada tenga que ser atravesado a una velocidad especialmente ridícula. Nos referimos, concretamente, al túnel de Loja (Granada), una infraestructura del siglo XIX que ha sido aprovechada por el AVE en su nuevo periplo por tierras granadinas. Esto provoca, según informa el diario Ideal, que los trenes AVE tengan que reducir su marcha hasta los 50 km/h. Al hilo de esto, recordemos que la antigua estación de Loja fue derribada hace dos años y seguimos sin saber el por qué de esta decisión.

El segundo punto que queremos comentar es el relativo al viaje de vuelta a Madrid del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que, tras terminar el acto inaugural en Granada, utilizó el avión oficial en lugar del AVE que le había llevado a Granada. Ya sabemos que el actual inquilino de la Moncloa, aunque sea en funciones, es muy aficionado a utilizar el Falcon y el Super Puma del Ejército del Aire pero no hubiera pasado nada por aprovechar la ocasión y volver a la capital del Reino en un tren que emplea tres horas y poco en realizar el viaje.