Llevamos demasiado tiempo hablando de la consulta separatista, ignorando que otras partes de España tienen problemas mucho más serios que los delirios nacionalistas. Mientras que Cataluña tiene sus capitales unidas por AVE, la región de Extremadura tiene unas comunicaciones ferroviarias deficientes. Al hilo de esto, el periodista Jorge Bustos escribió en El Mundo esta crónica de la que extraigo este párrafo:
Los únicos momentos adultos del debate los protagonizó el ministro de Fomento a requerimiento de un diputado extremeño del PSOE, César Ramos, y del navarro Iñigo Alli. Preguntaban por trenes y no por choques de trenes, por las vías abandonadas en su tierra, por infraestructuras reales y no simbólicas como esas en las que viaja a toda velocidad la miseria nacionalista contra el objeto de su odio. Frente al referéndum catalán, que propugna la desconexión, yo defiendo a fuego el Renferéndum de Extremadura, que persigue estrechar el lazo ferroviario con España. Claro que los diputados de ERC no escucharon a Ramos suplicar igualdad de trato, porque ya se habían marchado. No están a estas alturas para soportar la insolente pretensión de un extremeño de compararse con la raza superior.
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