No piensen que hemos renunciado a hablar de ferrocarriles. Lo que pasa es que el actual ministro del ramo, en lugar de preocuparse por los temas importantes, como la situación del ferrocarril en Algeciras o Almería, se dedica a utilizar las redes sociales para discutir con otros usuarios. No tenemos duda de que estos episodios, que no son los primeros, dan muestra del nivel de degradación de la política española. Un ministros de la todavía España no puede dedicarse a polemizar en Twitter con un presentador de TV. Se tiene que ocupar de los problemas reales de los ciudadanos y tratar de resolverlos.
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