viernes, 1 de noviembre de 2019

La estación de Atocha (VII): de Madrid al Cielo

Fuente: ABC, 2 de abril de 1907
El ferrocarril, ya lo hemos visto en multitud de ocasiones, no es simplemente un medio de transporte que nos permite ir de una ciudad a otra. Desde su creación, a mediados del siglo XIX, ha ido moldeando nuestras costumbres. Un claro ejemplo de ello lo tenemos en la esquela que hoy, víspera del Día de Difuntos, traemos a El Guardagujas. La esquela en cuestión apareció en la primera página de la edición del 2 de abril de 1907 del ABC de Madrid. En esa página, a diferencia de lo que ocurre ahora, aparecían anuncios y también esquelas. Las esquelas no han cambiado mucho en cuanto al contenido y al diseño. Sin embargo, nos llamó mucho la atención que esta esquela, y otras similares, mencionan a la estación del Mediodía, nombre que antiguamente recibía la estación de Madrid Puerta de Atocha. Hace más de cien años no existían las funerarias, al menos como hoy las entendemos. Los velatorios, por ejemplo, tenían lugar en las casas particulares y los traslados, a veces, se convertían en una odisea. No eran pocos los funerales que tenían que echar mano del tren para que el finado llegara a su morada final. Ya hemos comentado algunos casos célebres como el de Joselito o el de Ignacio Sánchez Mejías. En el caso que nos ocupa, el funeral de Doña Juana Magaz y Arribas, fallecida el 1 de abril de 1907, tuvo, como etapa intermedia, la estación de Atocha. Allí fue conducido el cadáver para ser trasladado a la localidad toledana de Polán. El duelo se despidió en la propia estación de Atocha.

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