lunes, 15 de abril de 2019

Viajando a Jerusalén con la Guía Bradshaw (I)

Aprovechando la celebración de la Semana Santa, queremos comentar cómo era un viaje a la Ciudad Santa de Jerusalén en 1913, año de publicación de la Guía Bradshaw que ya comentamos en un vídeo el pasado mes de enero. En 1913, el territorio que hoy ocupan Israel y Cisjordania estaban bajo soberanía turca y así se encarga la Guía Bradshaw de recordarlo cuando se advierte a los viajeros de cómo deben realizar la entrada al territorio. Al respecto, y para ilustrar esta información, reproducimos este mapa que muestra los dominios turcos en la época de la publicación de nuestra guía.


Mapa del Imperio Otomano en al término de la Gran Guerra (1914-1918)
Fuente: The Times, 1 de noviembre de 1918. Página, 4.
La mejor forma de entrar en Tierra Santa era por el puerto de Jaffa aunque no existía línea marítima con ningún puerto europeo, con lo cual lo mejor era llegar desde Alejandría o Port Said. La primavera es la estación del año más recomendable y, si no era posible, el mes de octubre. Si el viajero decidía recorrer Tierra Santa en ocho días, el itinerario sugerido era el siguiente: Jaffa, Jerusalén, Belén, Betania, Jericó, el Jordán, el Mar Muerto, Jersusalén y finalmente el puerto de Jaffa. Se comentaba que las muchedumbres eran comunes en Jerusalén durante la celebración de la Semana Santa, una época en la que las ceremonias y procesiones eran abundantes y constantes. 

La estación de ferrocarril de Jerusalén estaba al suroeste de la ciudad, a tres cuartos de milla de la Puerta de Jaffa. Una carroza o diligencia de la estación al hotel podía costar entre 2 y 5 francos franceses dependiendo de la época del año. Al salir de la estación, la ciudad queda a la derecha, mientras que a la izquierda se encontraba el Barrio de Jaffa, una zona residencial para extranjeros y el cuerpo diplomático destinado allí.  A unas pocas yardas de la estación, la carretera se bifurca a la derecha e izquierda. Se recomendaba seguir la bifurcación de la derecha y en media milla se llegaba a la Puerta de Jaffa.

La Jerusalén de 1913 era, evidentemente, muy diferente de la que conoció Jesús. Baste recordar que el Monte Calvario, el lugar en el que fue ejecutado el Mesías, estaba a las afueras de la ciudad en el siglo I. Sin embargo, en el siglo XX el Gólgota está situado en el centro de la urbe. La sensación que el redactor de la Bradshaw tenía de Jerusalén no era muy positiva. Se decía que era una ciudad deprimente con calles desniveladas, estrechas, mal pavimentadas y sucias. 

Jerusalén es la Ciudad Santa por excelencia para las tres religiones del Libro. Fue testigo de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Tres siglos más tarde, la emperatriz Elena, madre de Constantino, viajó a esta tierra, en el año 326, para localizar los lugares vinculados con la Pasión de Cristo.

Fuente: Bradshaw's Continental Railway Guide. Edición de 1913.

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