lunes, 20 de julio de 2015

El Marqués de Salamanca y la construcción de la línea Madrid-Aranjuez

Estación de Aranjuez. Foto: Jorge.
Los escándalos de corrupción no son, ni mucho menos, una novedad en la historia de España. Desgraciadamente, nuestro país lleva conviviendo con la corrupción desde hace siglos. El nacimiento del ferrocarril también produjo episodios de tráfico de influencias que claramente podrían ser calificados como "pelotazos". Al igual que algunos de los episodios conocidos en esta crisis, la expansión del ferrocarril en el siglo XIX provocó algunos escándalos político financieros. Tal es el caso del José de Salamanca y Mayol, más conocido como el Marqués de Salamanca. Este personaje, imprescindible para entender el reinado de Isabel II, era el dueño de la mayor fortuna de la época. Además de crear el barrio que lleva su nombre en Madrid, de tener el monopolio de la sal y de crear el Banco de Isabel II, constituyó la Sociedad del Ferrocarril de Madrid a Aranjuez que pretendía construir la tercera línea de tren española. Uno de los socios del marqués era el conde de Retamoso, cuñado de la reina regente y una de las personas más oscuras de la Corte. Pero aún hay más. Durante la construcción de la línea, el Marqués de Salamanca llegó a ser ministro de Hacienda. La línea, que se inauguró en 1851, no fue rentable y la compró el Estado algo que, a todas luces, parece curioso por no decir otra cosa. Evidentemente, como muchos personajes históricos, al marqués de Salamanca hay que reconocerle su talento empresarial y su olfato a la hora de buscar negocios rentables. Sin embargo, y también al igual que muchos, se dejó llevar por la ambición y por su posición, lo cual fue desastroso para sus intereses.

Fuente: Historia de Iberia Vieja. Número 114. Página 20.

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