Así, sin despeinarse. Una vez más vuelve a relucir el tema de las dos Españas y no las que surgieron tras la fractura de 1936. Estamos hablando de otras dos Españas: la que recibe prebendas por apoyar al Gobierno de turno y la qué está olvidada por no estar representada por un partido separatista. El flamante ministro de Transportes afirmó, a raíz de la última incidencia en Extremadura en la que un tren salió ardiendo, que hay que irse acostumbrando a esta situación. Lo que diga Óscar Puente, en realidad, es irrelevante. Su paso por el ministerio no pasará a la Historia porque no tiene la talla de Trajano o Carlos III. Aquí el problema está en Extremadura y no en Madrid. ¿Qué piensan sus correligionarios de estas declaraciones? ¿Y los votantes? Muchos han sido los dardos que se han lazando contra Puente pero el problema no lo tiene él. Estamos convencidos de que lo que pase en Extremadura le da exactamente igual. La palabra la tienen los habitantes de Badajoz y Cáceres.
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