Lo que era una conjetura, más o menos disimulada, ya empieza a tomar forma. El 9 de noviembre de 2023 es un punto de inflexión en la Historia de España si es que podemos seguir llamando así a este país. Como saben todos los seguidores de El Guardagujas, la jornada del 11 de marzo de 2004 fue, amén de una inmensa tragedia para España, un momento en el cual se hicieron declaraciones que hacían pensar que alguien estaba interesado en un cambio de régimen. ¿A qué nos estamos refiriendo? Simple y llanamente a la demolición del Estado constitucional de 1978 e inaugurar una nueva época cuyas características desconocemos. Eso mismo ocurrió ayer cuando supimos el precio que Sánchez está dispuesto a pagar para permanecer en el poder. Un cambio de régimen no es en sí mismo malo. El problema reside en que este cambio se quiere ejecutar de manera unilateral y sin tener en cuenta la opinión de todos los españoles. Por lo visto, los arquitectos del acuerdo firmado entre Sánchez y Puigdemont desean ir a un Estado plurinacional algo que, claro, colisiona brutalmente con la Constitución de 1978. Es, en definitiva, el fin de lo que hemos conocido hasta ahora. Sánchez parece que se conforma con ¿gobernar? sobre los escombros del edifico.
A lo largo de estos años hemos analizado muchos aspectos relacionados con el 11-M. Hoy, por su alto interés informativo, vamos a reproducir dos documentos realmente importantes. El primero recoge las declaraciones de Aznar en su comparecencia del 11 de marzo de 2004 en La Moncloa:
España no va a cambiar de régimen ni porque los terroristas maten ni porque dejen de matar
Después de 192 muertos, ¿a qué se refería Aznar con esas palabras? ¿Quién le sugería esa solución? Aún no tenemos respuesta a esos interrogantes. Unas horas antes de estas palabras, el periodista Iñaki Gabilondo afirmaba lo siguiente en la Cadena Ser:
No vale una respuesta digamos convencional, asistir a unas manifestaciones multitudinarias. No, tiene que haber un cambio de página. No se puede seguir viviendo como se ha vivido, de espaldas unos a otros, cada uno encerrado en su burbuja autista. España tiene que plantearse las cosas de otra manera. Un tiempo nuevo.
Esto solo puede despacharse con la política de las grandes solemnidades. La que hizo de España un país modélico cuando fue capaz de afrontar el desafío monumental del fin de la dictadura, con una transición inesperada, con la elaboración de una Constitución que nos desconcertó a todos por haber sido capaz de unir posiciones políticas clamorosamente divergentes, por lo que significó el pacto de la Moncloa, por lo que se significaron algunas cosas que se gestionaron con política mayor.
¿A qué se refería Gabilondo con el "tiempo nuevo"? ¿A lo que estamos viviendo ahora o a otra cosa?
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